Después de una ruptura amorosa es normal que tus sentimientos transiten por 5 fases. Si estas leyendo este artículo es posible que necesites entender tus emociones y enfrentarlas.
Cuando se establece una relación siempre existe el riesgo latente de la pérdida, además cuanto más intenso sea el compromiso y el amor, mayor será el dolor.
Tabla de Contenido
Perdida de una Pareja
El duelo por la ruptura amorosa comparte características similares a las de un duelo por fallecimiento, salvo que implica la toma de decisión de alguna de las dos partes de terminar con una pareja que se había constituido libremente y con expectativas en común; pero el mantener y cumplir estas ideas por parte de ambos suele ser difícil, por los conflictos que aparecen y producen insatisfacción, frustración y debilitamiento y hasta pérdida de la pareja si no están adecuadamente resueltos.
9 FASES DE UNA RUPTURA AMOROSA
Las fases más comunes tras una ruptura serían:
1.- Incredulidad/negación
2.- Insensibilidad
3.- Tristeza
4.- Miedo, angustia, culpa
5.- Ira (venganza)
6.- Sensación de descontrol, necesidad de salir, etc.
7.- Nostalgia
8.- Serenidad, necesidad de estar mejor
9.- Aceptación
Incredulidad/negación
Obviamente, cuando es la propia persona la propia persona propicia la ruptura amorosa esta fase parece inexistente, y digo parece porque puede que haya aparecido esta “negación” durante alguna de la etapa de la relación donde la persona empieza a barajar la probabilidad de separarse. Se observa de una forma más evidente, cuando la persona es abandonada, sea por el motivo que sea. Es una fase que se corresponde con el shock inicial de la noticia, y con el mecanismo de defensa de no querer enfrentarnos a esa realidad.
Insensibilidad
Algunas personas, cuando dejan de negarse el hecho en sí de la ruptura, o empiezan a creérselo, entran en una fase muy curiosa donde dicen no sentir nada. Hablan del tema igual que te comentarían una noticia de la televisión, sin emoción, como una mera descripción de hechos pasados, presentes y puede que hasta futuros. A veces son conscientes de que es “raro” como se encuentran, pero otras creen que ese no sentir puede que se relacione con que en realidad no estarían tan enamorados/as como pensaban o como que lo han aceptado muy rápido y están pasando página.
Tristeza
Aquí es sencillo llegar: cuando me lo creo, asimilo lo que está pasando y paso el shock y bloqueo inicial, empieza la tristeza y el dolor. Si hay una emoción que corresponda más que otra al duelo, esta sin duda sería la tristeza. Es la emoción que corresponde a cualquier tipo de pérdida, es sana, y es necesaria pasarla quiera o no el paciente para poder hacer el proceso de duelo.
Miedo, angustia y culpa
En muchas ocasiones, después de semanas de tristeza, por decirlo de alguna forma, empiezan a aparecer nuevas emociones que se van intercalando con esa tristeza.
El miedo aparece con bastante frecuencia. Suele ser miedo a lo desconocido, a estar solos/as, a qué les deparará el futuro, a enfrentarse a nuevas tareas o funciones que llevaba la otra persona y que no se ven capaces de hacer, en 12 general miedo a todo y a veces a nada en concreto, solo al futuro y si será peor que lo ya conocido.
La angustia, a veces con forma de ansiedad suele aparecer especialmente si los trámites de la separación se están dificultando por algo o hay cosas pendientes.
La culpa, aunque parecería lógica en los casos donde el paciente es el que se ha dejado la relación, por el motivo que sea, y especialmente si no ha sido de mutuo acuerdo.
La ira
Puede ser la ira, o cualquier emoción de la “familia” de esta, por así decirlo. A veces aparece en forma de enfado, y otras como rencor. Esta es la fase del “por qué” continuo, de las conclusiones de todo, incluso es una fase donde puede aparecer la necesidad de venganza o castigo.
El descontrol
Pero es sobre todo cuando aparece la rabia y el enfado, que la persona encuentra nuevas fuerzas para enfrentarse al mundo, salir, arreglarse de nuevo, cuidarse más físicamente, incluso es frecuente que veamos en muchos pacientes cambios de imagen (pelo, ropa, maquillaje), que reflejan al fin y al cabo, necesidades de cambio en otras áreas.
Nostalgia
La emoción que predomina es la nostalgia, pero no necesariamente echan de menos a su anterior pareja, sino más bien la vida de pareja, tener a alguien, no encontrarse solos/as, en definitiva echan de menos los buenos tiempos y la ayuda y la compañía de vivir con otra persona. Es una etapa donde las personas suelen hacer revisión de lo ocurrido con otra perspectiva. Ya no suelen tener presente solo lo negativo o solo lo positivo de su ex pareja, sino que son capaces de hacer un balance.
Serenidad
Aquí la persona necesita estar bien. Suelen comentar que ya están cansadas de pasarlo mal, y que quieren pasar página y seguir con su vida. Comienzan a retomar los contactos sociales y muchas rutinas. Son capaces de exponerse a situaciones y lugares que han estado evitando. No tienen ansiedad por salir o ligar, y son más selectivos con los planes que hacen, ya salen o quedan si de verdad les apetece y les viene bien, pero si no pueden, se quedarán en casa tranquilamente.
Aceptación
La persona es capaz de pensar en su ex pareja sin dolor de antes. Puede que incluso ya pueda tener información de su ex sin angustia ni ansiedad, y si tiene alguna emoción negativa no le afectará tanto. En general, suelen tener un estado de ánimo positivo y estable, se ven fuertes y capaces de seguir su camino. Ya no se aferran a ninguna idea de volver, ni al recuerdo de esa persona, se sienten liberados y capaces de rehacer sus vidas (llegado el momento).
Leer artículo: 5 Consejos para olvidar a tu expareja.
Recuerda: cada persona tiene su ritmo y necesita su tiempo para superar una ruptura de pareja y la pérdida de lo que eso conlleva, que a veces no es la pérdida de una persona sino de un proyecto de vida con una persona, y que depende de tu voluntad poder enfrentar cada fase hasta llegar a la aceptación.