Saber si su hijo sufre de bullying, la violencia repetida entre pares, compañeros, compañeras, en la que uno o más individuos tienen la intención de intimidar y hostigar a otros. Se caracteriza por el abuso de poder entre niños y jóvenes en edad escolar.Se caracteriza por ser un comportamiento agresivo, repetitivo, metódico y sistemático, que se produce durante un período de tiempo prolongado.
Tabla de Contenido
principales formas de violencia en la escuela
- El castigo físico y psicológico;
- el acoso escolar;
- la violencia sexual y por razones de género;
- la violencia por discriminación y racismo;
- exclusión social.
CONSECUENCIAS PARA LA VÍCTIMA
Las relaciones y las experiencias que viven los niños y adolescentes en la familia, escuela y el barrio son imprescindibles para un buen desarrollo emocional, social y cognitivo.
El acoso escolar, al igual que otras formas de maltrato psicológico, deja secuelas por estrés postraumático.
Saber si su hijo sufre de bullying en la escuela o en la comunidad es responsabilidad de los padres, porque además del sufrimiento psicológico que provoca en la víctima, algunas investigaciones científicas sugieren que las víctimas de acoso escolar son más vulnerables a padecer problemas de conducta, como trastorno por estrés postraumático, depresión y trastornos del ánimo a medida que pasan los años.
Señales para saber si su hijo sufre de bullying
- El niño no quiere asistir a la escuela: es común que el niño víctima viva aterrorizado con la idea de asistir a la escuela y, por ello, intenta aparentar estar enfermo en la mañana, o pueden aparecer síntomas psicosomáticos como vómitos, dolores abdominales o de cabeza sin causa aparente, o puede cambiar de camino para ir al centro. En definitiva.
- Cambios en la actitud hacia las tareas escolares (baja el rendimiento académico).
- Cambios de carácter (está irritable, se aísla, se muestra introvertido, más arisco, angustiado o deprimido, empieza a tartamudear, pierde confianza en sí mismo…).
- Alteraciones en el apetito (pierde el apetito, o bien vuelve a casa con hambre porque le han quitado el bocadillo o el dinero).
- Alteraciones en el sueño (grita por la noche, tiene pesadillas…).
- Vuelve a casa regularmente con la ropa o el material destrozados. Tiene moratones, heridas o cortes inexplicables.
- Empieza a amenazar o a agredir a otros niños o hermanos menores.
- Rehúsa decir por qué se siente mal e insiste en que no le pasa nada. Da excusas extrañas para justificar todo lo anterior.
- En casos graves puede llegar a tener ideaciones o a realizar intentos de suicidio.
- Cambio repentino en la forma en que el niño habla – llamándose a sí mismo un perdedor o llamando idiota a un ex amigo.
- Descenso en su rendimiento escolar.
Si su hijo presenta 3 o más síntomas de los 11 aquí indicados, podría estar sometido a bullying
¿Qué pasos he de seguir una vez que sé que mi hijo/a está sufriendo bullying?
- Cree y mantenga un clima de comunicación y confianza.
- reconozca la situación;
- dé refuerzo y apoyo;
- valore si el niño/a necesita asistencia psicológica;
- mantenga una actitud conciliadora y de colaboración con el centro, al mismo tiempo que pide la participación activa para parar la situación de acoso:
- reúnase con el tutor para exponerle el problema y la preocupación.
- investigue con el tutor lo ocurrido;
- dé un plazo para que tomen medidas (reeducativas individuales y de grupo) las cosas no se resuelven de forma inmediata;
- compruebe si las medidas se cumplen (plazo razonable).
- Busque apoyo psicológico para trabajar las dificultades y el desarrollo de habilidades sociales que les permitan establecer nuevos vínculos. Un 85% de los casos en los que el alumno es cambiado de centro escolar, vuelve a sufrir la misma situación en el nuevo centro. Lo eficaz es que desarrolle habilidades sociales para enfrentar la situación. Actualmente, solo el 18% de las víctimas recibe tratamiento psicológico.
¿Qué se debe aconsejar a un niño/a que está padeciendo acoso escolar?
Tanto si eres padre/madre como si eres profesor/a es importante dejarle claro que: Nadie tiene derecho a pegarle, humillarle o insultarte.
- La violencia nunca está justificada;
- Si lo sabemos es más fácil no tolerarlo;
- ¡Fuera la culpa!, lo que le pasa “no es por su culpa”;
- Son los agresores los que tienen un problema, no él;
- Si se calla… ellos se hacen más fuertes;
- Necesita ayuda, él sólo no puede;
- Que muestre sus sentimientos a otras personas (padres, hermano, un profesor…), les cuente lo que le está sucediendo. Las emociones hay que desahogarlas: que no sufra en silencio.
Recuerda que: La víctima generalmente sufre en silencio y en soledad, no habla del problema, por miedo a la venganza, por no saber a dónde o a quién acudir. Pueden pensar que van a sufrir represalias si se lo dicen a algún adulto, por ello te recomendamos: Como apoyar a mi hijo/a víctima de bullying.